mascota y fibromialgia

Rocky: mi mascota y mejor compañero en la fibromialgia

Quiero agradecer a Margarita y Rocky su mascota por compartir este texto conmigo y permitirme compartirlo con todos ustedes.



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Mi perro, Rocky, ha sido una fuente inesperada de apoyo y alivio en mi rutina diaria con la fibromialgia

La fibromialgia implica desafíos significativos, como dolor, fatiga e incertidumbre, que pueden afectar diversos aspectos de la vida. En medio de estos desafíos, la presencia de Rocky ha sido una constante fuente de apoyo.

Una de las cosas más notables es su capacidad para sintonizar con mis emociones. Cuando el dolor se vuelve abrumador y la fatiga me arrastra hacia abajo, Rocky parece sentirlo. Se acerca con ese toque suave y reconfortante, como si supiera exactamente lo que necesito. No hay palabras, pero su compañía habla de su apoyo incondicional.

A veces, incluso cuando la idea de levantarme de la cama parece imposible, los ojos expectantes de Rocky me dan la motivación que necesito.



Sus paseos diarios se han convertido en una rutina sagrada. Aunque al principio me costaba, es sorprendente cómo esos cortos paseos han mejorado mi movilidad y, de alguna manera, aliviado el dolor.

La rutina que Rocky ha agregado a mi vida también ha sido transformadora.

La consistencia en sus horarios de comida, sus momentos de juego y, por supuesto, sus inagotables ganas de cariño, ha proporcionado un sentido de estructura que a veces parece perderse en el torbellino de la fibromialgia.

Saber que él depende de mí me impulsa a mantener cierta normalidad en mis días, aunque el dolor a veces quiera dictar lo contrario.

Y luego está el aspecto más intangible, pero igualmente vital: la compañía emocional. La fibromialgia puede ser solitaria, y la conexión con Rocky me ha ofrecido una forma única de combatir ese sentimiento.

Su presencia silenciosa pero solidaria me ha ayudado a superar los momentos oscuros y a encontrar alegría en pequeños gestos, como jugar o simplemente descansar juntos.

Como pueden ver mi experiencia con Rocky no solo ha sido sobre tener una mascota, sino sobre encontrar un aliado en esta lucha contra la fibromialgia.



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No es una solución mágica, pero definitivamente ha hecho que los días difíciles sean más manejables.

Así que, si están considerando la posibilidad de agregar un amigo peludo a sus vidas, les animo a hacerlo.

La conexión que se puede establecer con una mascota puede ser un bálsamo para el alma en medio de los desafíos que enfrentamos día a día.

¡Fuerza y cariños a todos!

Y ahora te pregunto a tí… ¿Cómo te ha ayudado tu mascota?

Déjame conocer tus experiencias. Escríbelas en los comentarios.

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