rigidez matinal

Fibromialgia: Luchando contra la rigidez matinal

La fibromialgia presenta un desafío adicional al despertar: la rigidez matinal.

Para aquellos que viven con esta condición, cada amanecer puede ser un recordatorio doloroso de la lucha diaria contra la rigidez en los músculos y articulaciones.


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Sin embargo, hay estrategias y prácticas que pueden ayudar a combatir este desafío y brindar un inicio de día más tolerable.

Ritual matutino contra la rigidez

Cuando tienes fibromialgia, las mañanas son especialmente desafiantes debido a la rigidez y el dolor muscular. Establecer una rutina al despertar y levantarse puede ayudar a aliviar algunos de estos síntomas y facilitar el comienzo del día.

1. Estiramientos suaves

Comienza el día con estiramientos suaves mientras aún estás en la cama. Esta rutina no solo ayuda a despertar el cuerpo, sino que también contribuye a mejorar la flexibilidad y reducir la sensación de rigidez que a menudo acompaña a esta condición.

Los estiramientos suaves permiten un despertar gradual de los músculos después de una noche de descanso. Movimientos lentos y controlados proporcionan una transición suave entre el estado de descanso y la actividad diaria.



  • Presta especial atención a áreas críticas como el cuello, los hombros, la espalda y las piernas es fundamental.
  • Evita hacer movimientos bruscos o forzados para prevenir el riesgo de aumentar la sensación de dolor. La idea es trabajar con el cuerpo, no contra él.
  • Cada estiramiento debe realizarse de manera consciente, permitiendo que los músculos se adapten gradualmente al movimiento.

Sigue esta secuencia:

  1. Comienza con estiramientos suaves para el cuello, moviendo la cabeza hacia un lado y luego hacia el otro. Inclina la cabeza hacia adelante y hacia atrás para trabajar en la flexibilidad de la columna cervical. Estos movimientos ayudan a liberar la tensión en los músculos del cuello, que a menudo pueden contribuir a dolores de cabeza y malestar general.
  2. Realiza movimientos circulares con los hombros en ambas direcciones. Este tipo de estiramiento ayuda a liberar la tensión acumulada en los músculos deltoides y trapecios, proporcionando alivio a una de las áreas más afectadas en la fibromialgia.
  3. Incorpora estiramientos suaves para la espalda, como giros suaves y flexiones laterales. Estos movimientos contribuyen a mejorar la flexibilidad de la columna vertebral y reducir la rigidez en la región lumbar, común en personas con fibromialgia.
  4. Finaliza la rutina con estiramientos suaves para las piernas. Puedes realizar movimientos de flexión y extensión en los tobillos, seguidos de estiramientos para los músculos de las piernas. Esto puede ayudar a mejorar la circulación y reducir la sensación de piernas pesadas y fatigadas.

Los estiramientos suaves actúan como una especie de calentamiento inicial, permitiendo que los músculos se despierten y se preparen para las demandas del día de una manera más tolerable.

2. Respiración profunda

Tomarse unos minutos para la respiración profunda y la relajación al despertar es como un ritual de preparación mental para enfrentar el día.

Enfrentar la fibromialgia requiere fortaleza mental, y establecer un tono positivo desde el principio puede influir en la percepción y gestión del dolor a lo largo del día.

La respiración profunda no solo calma la mente:

  • Mejora la oxigenación de los tejidos. En situaciones de estrés crónico, la respiración tiende a volverse superficial. La práctica consciente de respirar profundamente asegura un suministro adecuado de oxígeno, vital para la salud celular y la reducción de la fatiga.
  • Al reducir el estrés, contribuye a disminuir la percepción del dolor. Esta reducción en la sensibilidad al dolor puede hacer que la rigidez matinal sea menos debilitante.
  • Actúa como un puente entre cuerpo-mente , permitiendo que la mente influya en el cuerpo de manera positiva. Este vínculo fortalecido puede promover una mayor conciencia corporal y, por ende, una mejor gestión de la rigidez y el dolor.
  • Se convierte en herramienta valiosa para gestionar los síntomas emocionales asociados a la fibromialgia, como la frustración, la irritabilidad y la sensación de pérdida de control.

3. Ducha de agua caliente

Una ducha de agua caliente puede ser terapéutica.

El calor envolvente actúa como un relajante natural para los músculos tensos. La temperatura cálida del agua favorece la vasodilatación, aumentando el flujo sanguíneo a los tejidos y desencadenando una relajación muscular profunda. Este proceso no solo alivia la rigidez, sino que también mejora la flexibilidad.


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La fibromialgia a menudo se acompaña de una sensibilidad exacerbada al dolor. La ducha de agua caliente contribuye a reducir esta sensación al modular la respuesta del sistema nervioso.

La combinación de calor y la sensación reconfortante del agua puede ayudar a desviar la atención del dolor y promover un estado de relajación.

4. Hidratación temprana

Bebe un vaso de agua al despertar. Este sorbo matutino no solo apaga la sed, sino que también despierta al cuerpo con vitalidad, estableciendo un tono positivo para enfrentar los desafíos del día.

Este vaso de agua cumple varias funciones:

  • Después de una noche de descanso, el cuerpo entra en un estado de deshidratación leve. La hidratación temprana al despertar actúa como una rehidratación esencial para compensar la pérdida de líquidos durante la noche. Este paso inicial es fundamental para restablecer el equilibrio hídrico y activar los procesos metabólicos.
  • Ayuda a activar los órganos internos y prepara el sistema digestivo para la primera ingesta de alimentos del día.
  • Proporciona el soporte necesario para que las células funcionen eficientemente, lo que puede influir positivamente en la vitalidad general.
  • Al mantenerse bien hidratado desde las primeras horas del día, se contribuye a reducir la fatiga.
  • El agua ayuda a mantener la elasticidad de los músculos, reduce la posibilidad de calambres y contribuye a la flexibilidad

5. Desayuno nutritivo

Un desayuno equilibrado y nutritivo no solo brinda la energía necesaria para enfrentar el día, sino que también puede influir en la estabilidad energética y emocional a lo largo de las jornadas desafiantes.

Incluye en él:

  • Fuentes de proteína que proporcionan una liberación sostenida de energía, ayudando a mantener niveles estables de azúcar en la sangre. Esto es especialmente relevante para aquellos con fibromialgia, ya que los picos y caídas de azúcar pueden exacerbar la fatiga y la sensación de malestar. Opciones como huevos, yogur, tofu o proteínas vegetales son excelentes elecciones.
  • La fibra es una aliada valiosa en el desayuno. No solo contribuye a la sensación de saciedad, ayudando a controlar el apetito a lo largo de la mañana, sino que también favorece la regularidad digestiva. Frutas, cereales integrales, avena y semillas son excelentes fuentes de fibra que pueden formar parte de un desayuno equilibrado.
  • Incluye una variedad de nutrientes esenciales en el desayuno es clave. Frutas y verduras proporcionan vitaminas y minerales importantes para el funcionamiento general del cuerpo. Incorporar alimentos ricos en antioxidantes puede contribuir a reducir la inflamación, un factor a considerar en la fibromialgia.
  • Evita los alimentos altos en azúcares refinados porque pueden desencadenar picos de glucosa en sangre seguidos de caídas abruptas, lo que puede afectar negativamente la energía y el estado de ánimo. Optar por carbohidratos complejos y fuentes naturales de azúcar, como frutas, proporciona una liberación de energía más gradual.

6. Planificación del día

En el contexto desafiante de la fibromialgia, donde la fatiga y el dolor crónico son compañeros constantes, la planificación del día se convierte en una herramienta esencial para optimizar la energía y minimizar la sobrecarga.

  • Establece prioridades para enfocar la energía en las actividades más importantes y reducir la carga mental. Identifica las tareas esenciales y clasifícalas según su importancia para garantizar que las responsabilidades críticas se aborden primero.
  • Distribuye las tareas a lo largo del día para evitar la concentración excesiva de esfuerzo en un solo momento. Espaciar las actividades reduce la probabilidad de agotamiento y permite pausas para descansar entre tareas. Este enfoque gradual puede facilitar la gestión de la energía a lo largo del día.
  • Programa momentos de descanso cortos entre las actividades proporciona al cuerpo y la mente la oportunidad de recargarse. Estas pausas no solo ayudan a gestionar la fatiga física, sino que también contribuyen a la salud mental y emocional.
  • Incluye momentos de autocuidado en la planificación del día. Estos momentos pueden incluir prácticas de relajación, ejercicio suave o cualquier actividad que brinde placer y alivio. Priorizar el autocuidado contribuye a un equilibrio más saludable entre las demandas diarias y el bienestar personal.
  • Reconoce cuándo es necesario detenerte o ajustar las expectativas. Escucha tu cuerpo y adapta el plan según sea necesario.

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9. Tiempo para adaptarte

Permítete tiempo para adaptarte antes de comenzar tus actividades. Escuchar el cuerpo y evaluar cómo te sientes en un día en particular es el primer paso para una gestión efectiva.

  • Comienza las actividades de manera gradual. Antes de embarcarte en tareas más exigentes, dedica tiempo a actividades más livianas o suaves para permitir que tu cuerpo se ajuste y se adapte al movimiento y al esfuerzo. Este enfoque progresivo minimiza el riesgo de desencadenar dolor o fatiga severa.
  • Antes de embarcarte en una tarea exigente, evalúa tu nivel de energía. Si te sientes fatigado o experimentas dolor, considera ajustar tu plan o programar descansos adicionales. Aprender a leer las señales de tu cuerpo es esencial para una gestión efectiva de la fibromialgia.
  • Permite flexibilidad en la planificación y estar dispuesto a ajustar la agenda según las necesidades diarias es un acto de autocuidado. Esta flexibilidad reduce la presión y facilita una adaptación más efectiva a las variaciones en los síntomas.
  • Debes estar preparada para ajustar la rutina en caso de eventos imprevistos. Ser adaptable y tener un plan de respaldo contribuye a una gestión más efectiva en situaciones cambiantes.
  • Acepta que puede llevar tiempo adaptarse a las demandas diarias y que algunos días pueden ser más desafiantes que otros es esencial para mantener una mentalidad positiva y resiliente.

Ahora te pregunto a tí… ¿Qué estrategias utilizas para controlar la rigidez matinal?

Dejanos conocer tus experiencias, escríbelas en los comentarios.

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