asi se siente la fibromialgia

Esto es lo que sientes cuando tienes fibromialgia

Vivir con fibromialgia es un viaje único y desafiante. Aunque no se pueda ver a simple vista, su impacto es real y significativo. Afecta tu vida de formas que pueden resultar difíciles de entender.

La fibromialgia no es simplemente sentirse cansado/a después de un día agotador. No es el tipo de fatiga que se va con una buena noche de sueño.

Es más como cargar una mochila llena de agotamiento constante, incluso después de haber descansado. Es como un mosaico de síntomas que varían día a día.

El dolor de la fibromialgia

Uno de los componentes más desafiantes es el dolor generalizado. No es un dolor común. Imagina despertar con una sensación de rigidez y dolor en músculos y articulaciones, como si hubieras entrenado intensamente durante toda la noche, incluso si simplemente descansaste.

El dolor de la fibromialgia es como un invitado que no avisa cuándo va a aparecer. Aunque no sea visible, está ahí, a veces agudo, otras veces más sutil. Puede sentirse como una presión constante en los músculos o una molestia que se desplaza por el cuerpo.



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A veces, es difícil encontrar una posición cómoda, y actividades aparentemente simples pueden convertirse en desafíos.

Este dolor no respeta un reloj. Puede presentarse en cualquier momento del día, haciendo que algunas jornadas sean más desafiantes que otras. Además de ser una molestia física, también tiene afecta mi estado de ánimo y energía mental.

Es complicado ponerle palabras exactas a esta experiencia, pero detrás de la cotidianidad, estoy enfrentando este dolor constantemente.

Leer más sobre el dolor de la fibromialgia

Vivir siempre con fatiga

La fatiga en la fibromialgia no es la típica fatiga, es persistente, es como tener un peso extra que no se desvanece con el descanso. No se trata simplemente de sentirse cansado después de un día agitado; es más bien como llevar una especie de agotamiento que persiste incluso después de haber dormido.

No importa cuánto descanse, la fatiga persiste y se convierte en una sombra que me sigue a todas partes.



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Hacer actividades que antes eran simples, como subir escaleras o caminar distancias cortas, puede resultar agotador. Esto afecta mi capacidad para realizar tareas cotidianas y puede limitar mi participación en actividades que solía disfrutar.

Es como intentar funcionar con una energía que se agota rápidamente.

El sueño es una pesadilla

El sueño, cuando tienes fibromialgia, no es simplemente cerrar los ojos y sumergirse en un descanso reparador; es más bien un viaje intermitente donde la tranquilidad no siempre es garantía.

El sueño interrumpido y las vueltas en la cama son compañeros frecuentes. A veces, conciliar el sueño se convierte en un juego de paciencia, y cuando finalmente lo logro, la calidad del descanso puede ser frágil

El sueño, que debería ser mi aliado, a menudo se convierte en una batalla. Dormir no siempre significa descansar.

Despertar sintiéndome más cansado de lo que estaba antes de acostarme es una realidad constante, como si el acto de dormir no siempre cumpliera su función regeneradora, como si el descanso no lograra hacer su trabajo por completo.

Esto crea un círculo vicioso. La falta de sueño intensifica otros síntomas, como la dificultad para concentrarme y la irritabilidad, y hace que enfrentar el día sea aún más desafiante.

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La confusa fibroniebla

La “niebla cerebral” es otro aspecto peculiar, es como una neblina que envuelve la mente, desdibujando las líneas de la claridad y la concentración.

No es simplemente olvidar las cosas ocasionalmente; es más bien como intentar navegar a través de un paisaje mental donde las ideas y las palabras a veces se vuelven esquivas.

Esta neblina mental puede aparecer en cualquier momento, transformando la tarea más simple en un desafío. Las palabras pueden perderse en el camino de la comunicación, y la concentración se convierte en una lucha constante.

Es como intentar caminar a través de un campo cubierto de niebla, donde la dirección a veces se vuelve incierta.




En esos momentos, las ideas pueden parecer distantes y la coherencia se convierte en un ejercicio de paciencia. Es como si las conexiones mentales se volvieran más lentas, afectando la fluidez del pensamiento.

Es como tener la mente empañada, dificultando la concentración y la memoria. Recordar detalles simples o encontrar las palabras adecuadas puede volverse un gran reto.

Es frustrante sentir que mi mente no siempre está tan afilada como solía ser.

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Más de 100 síntomas de la fibromialgia

Si bien esto que te he contado es algo que acompaña cada uno de mis días. Otros muchos síntomas pueden acompañar estos desafíos diarios. Imagínate si se ha descrito más de 100 síntomas asociados a la fibromialgia. Nunca sé qué síntomas se presentarán.

A veces, es como si mi cuerpo estuviera en alerta constante, reaccionando de manera intensa a luces brillantes o sonidos fuertes. Las migrañas son visitantes habituales.

Mis piernas tienen dificultades para quedarse quietas, como si tuvieran “vida propia”, especialmente cuando intento relajarme. Mi piel puede volverse extremadamente sensible, y experimentar cambios en la temperatura corporal, como pasar de sentir mucho frío a un calor repentino.



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A veces, el ciclo menstrual parece seguir su propio curso, y los dolores son más intensos de lo habitual.

Los cambios en mi visión y la sensación de ardor en la boca son como pequeños misterios diarios. Además, lidiar con problemas gastrointestinales y la urgencia urinaria se ha vuelto parte de mi rutina.

Leer más sobre los 100 síntomas de la fibromialgia

Vivir en medio de la incertidumbre

La imprevisibilidad de esta condición se cuela en cada planificación. Los síntomas pueden cambiar rápidamente, de un día para otro, o incluso de una hora a otra. Lo que podría parecer posible un día, puede volverse inalcanzable al siguiente.

La incertidumbre se asienta en mis decisiones diarias. Hacer una compra simple puede ser un desafío, ya que mi capacidad física fluctúa sin previo aviso.

Hacer planes a largo plazo se convierte en una apuesta, ya que la fibromialgia tiene la última palabra sobre cómo me sentiré.

Explicar esta realidad puede ser un ejercicio complicado. La fibromialgia no sigue una lógica clara, y la dificultad para predecir cómo me sentiré en un momento dado puede generar frustración y confusión, afectando mis relaciones y amistades.

Leer más sobre la incertidumbre que acompaña a la fibromialgia

¿Tú cómo describirías la fibromialgia?

Déjame conocer tus experiencias. Escríbelas en los comentarios.

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