las frases que duelen en la fibromialgia

Las frases que más duelen salen de la boca de los demás

Vivir con fibromialgia, a menudo implica convivir con frases que provienen de los demás y que, en ocasiones sin querer, nos hieren profundamente.


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Las palabras y el dolor invisible

Vivimos con fibromialgia, una enfermedad que no se ve, pero que afecta cada fibra de nuestro ser. El dolor no tiene una apariencia física, pero está presente en todo momento, en cada paso que damos, en cada gesto que hacemos, y en cada intento por ser lo que éramos antes de la enfermedad.

Pero si hay algo que puede ser más doloroso que el propio malestar físico, son las palabras de aquellos que no entienden lo que estamos viviendo. Esas frases que provienen de quienes nos rodean, que, aunque no lo hagan con mala intención, pueden resultar devastadoras.

Las frases más comunes y su impacto

Cuando alguien nos dice frases como “es solo estrés”, “todos tenemos dolores”, “solo te tienes que relajar”, o “estás exagerando”, el impacto puede ser mucho más profundo que cualquier dolor físico. Estas frases, aunque comunes, invalidan nuestra experiencia y nos hacen sentir que nuestro sufrimiento no es real.

La fibromialgia, como todas las enfermedades invisibles, desafía el entendimiento de aquellos que no la padecen.


A menudo, las personas que no experimentan lo que sentimos tienen dificultades para comprender la magnitud de lo que estamos viviendo. Y, en lugar de ser una fuente de apoyo, terminan convirtiéndose en un obstáculo más.

La negación del dolor

Lo peor de estas frases es que nos colocan en una posición en la que debemos defendernos de nuestra propia realidad.

Nos hacen dudar de lo que estamos viviendo, de lo que sentimos, y nos hacen sentir culpables por “no ser capaces de superar” el dolor. Y eso puede llevar a la frustración y la tristeza, porque el dolor de la fibromialgia no es algo que se pueda controlar simplemente con voluntad o con técnicas de relajación.

La importancia de la empatía

Lo que necesitamos de los demás no es que nos den soluciones rápidas o que nos digan lo que “debemos hacer”.

Necesitamos comprensión y empatía. Necesitamos que nos escuchen, que reconozcan nuestra lucha diaria y que nos validen como seres humanos que, aunque no lo vean, estamos lidiando con un dolor real.

La empatía es el primer paso para que los demás puedan acompañarnos en nuestro camino. En lugar de decirnos lo que debemos hacer o cómo debemos sentirnos, lo que necesitamos es que nos digan: “entiendo que esto es difícil para ti” o “estoy aquí para apoyarte”.

Cómo responder a las frases dolorosas

Si bien no podemos controlar lo que otras personas dicen, sí podemos controlar cómo reaccionamos ante esos comentarios. Aunque a veces nos cueste, podemos aprender a poner límites y expresar cómo nos hacen sentir esas frases.

Algunas respuestas pueden ser tan simples como:

  • “No estoy exagerando. Esto es real para mí.”
  • “La fibromialgia no se ve, pero eso no significa que no sea dolorosa.”
  • “Agradezco tu preocupación, pero el dolor no es algo que pueda controlar solo con relajación.”

FIBROMIALGIA

¿Por qué duele tanto?


Además, es importante recordar que algunas personas no lo hacen con malas intenciones. A menudo, la falta de conocimiento sobre la fibromialgia y las enfermedades invisibles genera estos comentarios.

En lugar de enfadarnos, a veces puede ser útil educar a los demás, aunque, por supuesto, esto no significa que siempre debamos justificar nuestro dolor.

La autovalidación es clave

Uno de los aspectos más importantes de vivir con fibromialgia es aprender a validarnos a nosotros mismos. El dolor que sentimos es real, y no necesitamos la validación de los demás para saber que lo que estamos experimentando es legítimo.

Debemos aprender a aceptar nuestras emociones y nuestras limitaciones, sin sentir que debemos cumplir con las expectativas de los demás.

Es fundamental reconocer que nuestra experiencia es válida, y que no necesitamos la aprobación de quienes no entienden lo que estamos pasando. El proceso de aceptar nuestra condición y aprender a vivir con ella, en lugar de luchar constantemente contra ella, es un acto de amor propio y de resiliencia.

Las frases que más duelen no salen del cuerpo, sino de la boca de los demás.

Las palabras que invalidan nuestra experiencia, que minimizan nuestro dolor y que nos hacen sentir que no somos lo suficientemente fuertes, son un recordatorio de lo mucho que aún queda por hacer en términos de concienciación sobre las enfermedades invisibles.

Es crucial que, como sociedad, aprendamos a ser más empáticos con las personas que viven con condiciones como la fibromialgia. Necesitamos reconocer que el dolor no siempre es visible, pero que eso no significa que no sea real.


Con Permiso Para Quejarte

Como Convivir con la Fibromialgia sin Perderte a ti Misma


Si alguna vez te han dicho algo que te haya dolido profundamente, te invito a recordar que tu dolor es válido. No estás sola en esto, y lo que sientes es real. Y aunque otros no siempre lo comprendan, siempre tienes el derecho de ser escuchada y apoyada.

La fibromialgia es real, y tu dolor también lo es.

Las palabras que duelen son las que minimizan nuestra lucha, pero tenemos el poder de cambiar esa narrativa. Juntos podemos crear un entorno más empático, donde el dolor invisible sea comprendido y validado.

¿Tú también has escuchado frases que te han herido?

Comparte tu experiencia en los comentarios. Juntas podemos hacer visible lo invisible.

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