Por Doc Adriana Angel – Médica, NeuroCoach y Paciente de Fibromialgia
“No tienes nada”, “es psicológico”, “si te ves bien”… ¿Te resultan familiares estas frases? Por qué no nos creen fibromialgia es la pregunta más dolorosa que millones de mujeres nos hacemos cada día. Esta enfermedad crónica causa dolor generalizado, fatiga extrema y alteraciones del sueño, pero su característica más devastadora no siempre es física: es la incredulidad constante que enfrentamos.
Como médica especializada en esta área y paciente diagnosticada, he experimentado ambos lados de esta realidad desgarradora. Por eso sé que la batalla contra la incomprensión puede ser tan agotadora como la batalla contra el dolor mismo. La pregunta sobre por qué no nos creen fibromialgia merece una respuesta honesta, fundamentada en evidencia científica y en la experiencia compartida de miles de pacientes.
Esta incredulidad no surge de la mala voluntad necesariamente. Tiene raíces profundas en la historia médica, en sesgos de género arraigados, en la ausencia de pruebas visibles y en vacíos educativos sistemáticos. Comprender estas causas es el primer paso para enfrentarlas con conocimiento, dignidad y empoderamiento.
Por qué no nos creen fibromialgia: las causas de la incredulidad
El dolor invisible: por qué no nos creen cuando no hay pruebas
La razón principal de por qué no nos creen fibromialgia es devastadoramente simple: no hay una radiografía, ecografía ni análisis de sangre que muestre nuestro dolor. No existe un biomarcador visible que “pruebe” ante otros lo que vivimos cada día en nuestro cuerpo.
A diferencia de una fractura ósea que aparece claramente en una placa radiográfica, o una infección que muestra valores alterados en laboratorio, la invisibilidad social de la fibromialgia crea una paradoja médica devastadora. El dolor es real, intenso y limitante, pero permanece invisible para los sistemas diagnósticos tradicionales.
Esta ausencia de evidencia objetiva no significa que la enfermedad no exista. Según la Organización Mundial de la Salud, las condiciones de dolor crónico afectan a millones de personas globalmente. Significa que nuestros métodos actuales de diagnóstico todavía no alcanzan a medir completamente lo que sucede en el sistema nervioso central cuando procesa el dolor de manera anormal.
Por eso, cuando preguntas a tu médico “¿por qué no nos creen fibromialgia?“, muchas veces la respuesta implícita es: “porque no puedo ver lo que describes”. Esta limitación del sistema médico no invalida tu experiencia real.
La historia médica: por qué no nos creen desde hace décadas
Durante décadas, la historia de la fibromialgia estuvo marcada por el rechazo médico sistemático y generalizado. Muchos profesionales consideraban que los síntomas eran psicológicos, imaginarios o deliberadamente exagerados.
No fue sino hasta 1990 que el Colegio Americano de Reumatología estableció los primeros criterios diagnósticos formales validados. Aun así, el estigma persistió durante años posteriores. Innumerables pacientes recibieron diagnósticos erróneos de depresión, ansiedad o trastornos somáticos antes de llegar finalmente al diagnóstico correcto de fibromialgia.
Esta desconfianza histórica dejó cicatrices profundas en la relación médico-paciente que persisten hoy. Por eso, cuando alguien con fibromialgia acude a consulta actualmente, muchas veces llega con miedo anticipado al juicio y la incomprensión. Y ese miedo, desafortunadamente, suele estar plenamente justificado.
El sesgo de género: por qué no nos creen más a las mujeres
Otro factor crucial para entender por qué no nos creen fibromialgia tiene que ver con el sesgo histórico de género en la atención médica. La fibromialgia es más frecuente en mujeres (80-90% de casos), y esto no es casualidad cuando analizamos cómo el sistema médico ha tratado tradicionalmente el dolor femenino.
Durante siglos, el dolor de las mujeres fue minimizado sistemáticamente, atribuido a causas emocionales o considerado parte inherente de “ser mujer”. Este patrón discriminatorio persiste hoy en consultorios donde los síntomas de las pacientes no se toman tan en serio como los de los hombres.
Estudios recientes demuestran consecuencias concretas: las mujeres esperan más tiempo para recibir diagnósticos precisos, reciben menos analgesia en situaciones de emergencia y enfrentan mayor probabilidad de que su dolor sea catalogado como psicosomático. Por qué no nos creen fibromialgia tiene una respuesta parcial pero clara: porque somos mujeres y el sistema tiene sesgos profundos contra nuestro dolor.
Qué es la fibromialgia: bases científicas que explican por qué debieran creernos
Una alteración neurológica real en el procesamiento del dolor
Cuando alguien pregunta qué es la fibromialgia desde la perspectiva médica actual, la respuesta científica es clara: un síndrome de sensibilización central documentado. Esto significa que el sistema nervioso procesa las señales de dolor de manera amplificada, incluso ante estímulos que normalmente no causarían molestias significativas.
Esta alteración neurológica ha sido documentada mediante estudios de neuroimagen funcional que muestran cambios verificables en la actividad cerebral de personas con fibromialgia. Estudios del National Institutes of Health confirman que las investigaciones revelan niveles anormales de neurotransmisores: la sustancia P está elevada en líquido cefalorraquídeo, mientras hay disminución de serotonina y noradrenalina.
Por lo tanto, cuando respondemos qué es la fibromialgia, estamos hablando de una enfermedad neurológica real, con bases fisiopatológicas comprobables científicamente, aunque no siempre visibles en pruebas rutinarias de laboratorio. La ciencia está de nuestro lado, aunque la incredulidad social persista obstinadamente.
Los síntomas de la fibromialgia que explican por qué no nos creen
Si bien el dolor musculoesquelético generalizado es el síntoma característico más conocido, esta enfermedad abarca mucho más. Las pacientes experimentamos una constelación compleja de manifestaciones que muchos médicos no asocian con un solo diagnóstico:
Síntomas físicos principales:
- Fatiga persistente que no mejora con el descanso nocturno
- Alteraciones del sueño no reparador y fragmentado
- Rigidez matutina generalizada en todo el cuerpo
- Cefaleas tensionales o migrañas frecuentes e incapacitantes
- Síndrome de intestino irritable con síntomas digestivos variables
- Parestesias en manos y pies sin causa neurológica evidente
Manifestaciones cognitivas:
- Dificultades de concentración y memoria (la temida “fibroniebla”)
- Lentitud en el procesamiento mental de información
- Problemas para encontrar palabras adecuadas en conversaciones
Impacto emocional secundario:
- Ansiedad asociada a la imprevisibilidad de los síntomas
- Tristeza reactiva ante la pérdida funcional progresiva
- Frustración profunda por la incomprensión social y médica constante
Esta multiplicidad de síntomas contribuye a que muchos profesionales desconozcan la condición completa y atribuyan las molestias a múltiples diagnósticos separados. Así se retrasa aún más el reconocimiento adecuado y se perpetúa la pregunta dolorosa: ¿por qué no nos creen fibromialgia?
Por qué los médicos dudan: formación incompleta y temores profesionales
La educación médica: por qué no nos creen por falta de conocimiento
Una razón importante de por qué no nos creen fibromialgia proviene directamente de la formación profesional deficiente. En muchas facultades de medicina latinoamericanas y mundiales, la fibromialgia recibe escasa atención curricular formal. Algunos programas dedican apenas una o dos horas al tema durante toda la carrera de seis años.
La Sociedad Española de Reumatología ha publicado guías actualizadas sobre el manejo de fibromialgia que buscan cerrar esta brecha educativa preocupante. Sin embargo, esta falta de educación formal lleva a que muchos médicos se gradúen sin conocimiento sólido sobre cómo se diagnostica la fibromialgia, cómo se presenta clínicamente ni cómo se maneja de manera integral efectiva.
Además, la ausencia de pruebas diagnósticas definitivas genera inseguridad profesional en médicos acostumbrados a trabajar exclusivamente con biomarcadores objetivos. Si no hay un examen confirmatorio, muchos simplemente prefieren no diagnosticar. La incertidumbre médica se traduce directamente en incredulidad para la paciente vulnerable.
El temor al error: por qué no nos creen por precaución excesiva
Otro factor que genera resistencia médica comprensible es el miedo legítimo al sobrediagnóstico. Algunos profesionales temen etiquetar erróneamente a pacientes con fibromialgia cuando en realidad podrían tener otras condiciones potencialmente tratables con terapias específicas.
Este temor al error diagnóstico, aunque comprensible desde la perspectiva médico-legal, muchas veces resulta en el extremo opuesto igualmente dañino: el infradiagnóstico masivo. Pacientes que cumplen claramente los criterios diagnósticos establecidos quedan años sin diagnóstico formal, navegando un sistema médico que no les cree ni les ofrece soluciones concretas. Por qué no nos creen fibromialgia tiene aquí otra respuesta: porque los médicos temen equivocarse y prefieren la inacción.
La realidad práctica es que la fibromialgia no requiere un especialista específico para su manejo exitoso. Cualquier médico empático, bien informado y dispuesto a escuchar activamente puede hacer el diagnóstico y ofrecer un tratamiento adecuado de fibromialgia. No se necesita tecnología sofisticada ni subespecialización. Se necesita conocimiento actualizado y empatía genuina.
Las causas de la fibromialgia: genética, trauma y estrés
¿Por qué me dio fibromialgia? Una pregunta legítima
Esta pregunta íntima que todas nos hacemos no tiene una respuesta única y simple. La evidencia científica actual apunta a un modelo multifactorial complejo donde confluyen varios elementos desencadenantes biopsicosociales.
Factores genéticos documentados: Existe una clara predisposición hereditaria demostrada en estudios familiares. Si tienes familiares de primer grado con fibromialgia, tu riesgo aumenta hasta ocho veces. Se han identificado polimorfismos genéticos relacionados con la regulación del dolor y los neurotransmisores clave. Tu genética puede hacerte vulnerable, aunque no determina inevitablemente tu destino clínico.
Factores traumáticos desencadenantes: Muchos casos se desarrollan tras eventos traumáticos físicos significativos (accidentes automovilísticos, cirugías mayores, infecciones graves) o emocionales intensos (abuso, pérdidas significativas, estrés postraumático). El trauma parece reprogramar la respuesta del sistema nervioso ante el dolor, creando un circuito de hipersensibilidad difícil de revertir posteriormente.
Factores de estrés crónico: La exposición prolongada a estrés psicosocial puede alterar el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, aumentando la vulnerabilidad a desarrollar síndromes de sensibilización central. El estrés crónico no causa directamente fibromialgia, pero puede ser el detonante definitivo en personas genéticamente susceptibles.
Por tanto, cuando preguntamos si la fibromialgia es genética, trauma o estrés, la respuesta más honesta científicamente es: una combinación de todos estos factores en proporciones variables para cada persona individual. No hay una sola causa única. Hay un conjunto de vulnerabilidades que convergen en el momento preciso.
El impacto emocional de la incredulidad constante
La invalidación: por qué no nos creen y cómo nos daña
Cuando una paciente con fibromialgia escucha repetidamente que “no tiene nada real”, que “todo está en su cabeza” o que “debería intentar ser más positiva y no quejarse”, se produce un fenómeno psicológico devastador llamado invalidación emocional sistemática.
Esta invalidación constante no solo daña la autoestima profundamente y genera depresión reactiva clínica. También puede empeorar los síntomas físicos directamente, porque el estrés psicológico perpetúa y amplifica la sensibilización central. Por qué no nos creen fibromialgia se convierte entonces en un círculo vicioso devastador: la incredulidad genera estrés emocional, el estrés empeora los síntomas físicos, los síntomas más intensos generan más incredulidad médica.
Como médica y paciente simultáneamente, puedo afirmar con certeza que el daño de la incredulidad es tan real, medible y limitante como el daño del dolor físico. Ambos merecen ser reconocidos, validados y tratados con la misma seriedad clínica y humana.
Es hora de acabar con el silencio sobre por qué no nos creen
La invisibilidad de la fibromialgia no es inevitable ni permanente. Cada vez más pacientes alzan la voz públicamente, comparten sus historias personales y exigen ser escuchadas con respeto. Cada 12 de mayo, en el Día Internacional de la Fibromialgia, miles de personas en todo el mundo se unen para visibilizar esta condición sistemáticamente ignorada.
Esta concienciación colectiva creciente está logrando cambios importantes y medibles: más investigación financiada, mejor formación médica obligatoria y mayor aceptación social gradual. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer antes de que deje de ser necesario explicar repetidamente por qué merecemos ser creídas sin cuestionamientos.
Cómo construir credibilidad desde la experiencia personal
La importancia del autocuidado informado científicamente
Una de las formas más poderosas de enfrentar la incredulidad cuando te preguntas por qué no nos creen fibromialgia es convertirnos en expertas informadas de nuestra propia condición. Esto significa educarnos sobre la enfermedad con fuentes confiables, documentar nuestros síntomas sistemáticamente y aprender a comunicar efectivamente con los profesionales de salud.
Cuando acudes a consulta médica con un registro detallado de síntomas (frecuencia, intensidad, factores desencadenantes identificados) y respuesta a intervenciones previas, demuestras que tu preocupación es seria, fundamentada y digna de atención. Esto aumenta significativamente la probabilidad de ser tomada en serio profesionalmente.
No deberías tener que “probar” tu dolor constantemente. Pero mientras el sistema médico no cambie completamente su estructura, equiparte con información científica y documentación objetiva puede marcar la diferencia crucial entre ser creída o descartada automáticamente.
Buscar profesionales actualizados: por qué no nos creen algunos y otros sí
No todos los médicos son iguales en conocimiento ni en empatía. Si te encuentras con un profesional que minimiza tus síntomas, descarta tu dolor o te hace sentir culpable de tu condición, no dudes en buscar una segunda opinión inmediatamente. Tienes derecho absoluto a ser tratada con respeto profesional y a encontrar un médico que conozca la fibromialgia y sepa manejarla adecuadamente.
Un buen médico para fibromialgia no necesita ser reumatólogo, ni neurólogo, ni especialista en dolor necesariamente. Necesita ser alguien que escuche sin juzgar, que actualice su conocimiento regularmente y que esté dispuesto a acompañarte en un proceso de manejo integral a largo plazo con empatía genuina.
La empatía médica no es un lujo opcional. Es un componente esencial del tratamiento efectivo basado en evidencia.
Vivir con fibromialgia: más allá del diagnóstico y la incredulidad
Recuperar el control de tu vida después de entender por qué no nos creen
Una vez que logras el diagnóstico formal y encuentras profesionales que te creen sin cuestionarte, comienza una nueva etapa de empoderamiento. Vivir con fibromialgia implica aprender a manejar la enfermedad sin dejar que ella te defina completamente como persona.
Esto incluye desarrollar estrategias personalizadas de autocuidado, establecer límites saludables en relaciones personales y laborales, adaptar tu ritmo de vida a tus capacidades reales actuales y construir una red de apoyo sólida. No se trata de resignación pasiva ante el diagnóstico, sino de empoderamiento activo para vivir plenamente.
Los primeros pasos después del diagnóstico
Si acabas de recibir el diagnóstico de fibromialgia, es completamente normal sentir alivio y preocupación simultáneamente. Alivio porque finalmente tienes un nombre médico para lo que experimentas, porque alguien finalmente te creyó sin juzgarte. Preocupación por lo que viene, por cómo será tu futuro a largo plazo.
En primeros pasos, encontrarás orientación práctica sobre cómo organizarte después del diagnóstico, qué preguntas específicas hacer a tu médico tratante y cómo comenzar a implementar cambios graduales que mejoren tu calidad de vida de manera realista y sostenible.
Recursos para empoderarte y dejar de preguntarte por qué no nos creen
Entender qué es la fibromialgia y por qué no nos creen fibromialgia es solo el comienzo del camino. El verdadero cambio transformador sucede cuando te equipas con información confiable basada en evidencia, herramientas prácticas validadas científicamente y conexión genuina con otras personas que atraviesan exactamente lo mismo.
En la sección de recursos encontrarás guías descargables basadas en evidencia, artículos educativos revisados médicamente y materiales diseñados específicamente para pacientes con fibromialgia y sus familias. También puedes acceder a guías especializadas para pacientes que te acompañarán en diferentes etapas del proceso diagnóstico y terapéutico.
Conclusión: tu dolor es real y mereces ser creída
La pregunta “¿por qué no nos creen fibromialgia?” tiene respuestas complejas multifactoriales que abarcan desde la historia médica discriminatoria hasta los sesgos de género arraigados, pasando por la falta de biomarcadores visibles y la educación médica sistemáticamente incompleta.
Sin embargo, independientemente de todas estas explicaciones sistémicas importantes, lo fundamental es esto: tu dolor es real. Tu fatiga es real. Tu lucha diaria es real. Y mereces ser creída, respetada y tratada con dignidad profesional y humana absoluta.
Como médica que también vive con fibromialgia, te digo con certeza profesional y empatía personal profunda: esta enfermedad existe, tiene bases científicas sólidas documentadas y hay maneras efectivas de manejarla exitosamente. No estás sola en esto. Definitivamente, no estás exagerando. No eres débil. No es tu culpa de ninguna manera.
El camino hacia la comprensión social y médica plena de la fibromialgia aún está en construcción activa. Pero cada vez que una paciente se informa, cada vez que un médico se actualiza y cada vez que la sociedad escucha nuestras voces sin juicio previo, damos un paso más hacia la validación colectiva que todas absolutamente merecemos.
Por qué no nos creen fibromialgia tiene explicaciones científicas y sociales claras. Pero eso no hace aceptable moralmente la incredulidad persistente. Tu experiencia es válida. Tu dolor merece respeto profesional. Y tu voz merece ser escuchada con atención genuina.
CTA: Da el primer paso hacia tu bienestar
Si te sentiste identificada con esta lectura, si llevas años buscando respuestas o si acabas de recibir tu diagnóstico, quiero que sepas algo fundamental: no tienes que atravesar esto sola. Mereces ser creída. Tienes derecho al apoyo profesional. Mereces bienestar integral.
Comienza tu camino hacia una vida mejor con fibromialgia. Descubre cómo vivir con fibromialgia de manera plena y digna, aprende qué pasos dar después del diagnóstico y accede a recursos confiables creados por quien realmente entiende lo que vives día a día.
Tu bienestar es posible. Tu voz merece ser escuchada. Y tu historia, como la mía, puede ser testimonio poderoso de que sí se puede vivir bien a pesar del diagnóstico y a pesar de la incredulidad social.
Preguntas frecuentes: por qué no nos creen fibromialgia
Los médicos no nos creen fibromialgia principalmente porque no existen pruebas diagnósticas visibles como radiografías o análisis de sangre que muestren el dolor. Además, muchos profesionales reciben formación limitada sobre esta condición durante su educación médica, dedicando apenas 1-2 horas al tema en toda la carrera. La ausencia de biomarcadores objetivos genera inseguridad en profesionales acostumbrados a trabajar solo con evidencia visible.
La fibromialgia es una enfermedad neurológica real documentada científicamente mediante estudios de neuroimagen funcional. Se clasifica como un síndrome de sensibilización central donde el sistema nervioso procesa el dolor de manera amplificada. Tiene bases fisiopatológicas comprobables con alteraciones en neurotransmisores como la sustancia P, serotonina y noradrenalina, aunque no siempre detectables con pruebas rutinarias de laboratorio.
Si tu médico no te cree, tienes derecho a buscar una segunda opinión inmediatamente. Documenta tus síntomas detalladamente incluyendo frecuencia, intensidad y factores desencadenantes. Busca un profesional actualizado en fibromialgia que esté dispuesto a escucharte sin juzgar. No necesitas un especialista específico, solo un médico empático que conozca la condición y sepa manejarla adecuadamente.
Explica que la fibromialgia hace que tu sistema nervioso amplifique las señales de dolor, como si el volumen del dolor estuviera siempre al máximo. Usa comparaciones concretas sobre la invisibilidad de la condición. Comparte información científica confiable de fuentes médicas reconocidas y anímalos a acompañarte a consulta para que escuchen directamente al médico sobre la realidad de tu diagnóstico.
Por qué no nos creen fibromialgia está directamente relacionado con el sesgo histórico de género en medicina. El 80-90% de casos ocurren en mujeres, y durante siglos el dolor femenino fue minimizado o atribuido a causas emocionales. Estudios actuales demuestran que las mujeres esperan más tiempo para diagnósticos, reciben menos analgesia y tienen mayor probabilidad de que su dolor sea catalogado como psicosomático.
Sí, definitivamente. La invalidación emocional constante genera estrés psicológico que puede empeorar la sensibilización central y agravar los síntomas físicos directamente. Esto crea un círculo vicioso: la incredulidad genera estrés, el estrés empeora los síntomas, y los síntomas más intensos generan más incredulidad. Por eso es fundamental encontrar profesionales que validen tu experiencia.
No existe una prueba única confirmatoria, lo cual explica en parte por qué no nos creen fibromialgia. El diagnóstico se basa en criterios clínicos establecidos: dolor generalizado durante al menos tres meses, fatiga persistente, alteraciones del sueño y exclusión de otras condiciones. Algunos estudios de neuroimagen muestran alteraciones cerebrales, pero no se usan rutinariamente para diagnóstico clínico.
El promedio es de 2 a 5 años desde el inicio de síntomas hasta el diagnóstico definitivo, lo cual refleja claramente por qué no nos creen fibromialgia. Muchas pacientes consultan a múltiples especialistas y reciben diagnósticos erróneos (depresión, ansiedad, trastornos somáticos) antes de llegar a la respuesta correcta. Esta demora diagnóstica aumenta el sufrimiento innecesario y puede empeorar el pronóstico.
La diferencia está en la actualización profesional y la empatía clínica. Los médicos que se mantienen actualizados con la literatura científica reciente comprenden que la fibromialgia es una condición neurológica real con bases fisiopatológicas documentadas. Aquellos con formación desactualizada o con sesgos contra el dolor femenino tienden a mantener la incredulidad. La empatía y disposición a escuchar también son factores determinantes.
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Para mayor profundidad científica, consulta también las guías oficiales en PubMed Central.
Disclaimer médico
Aviso importante: Este artículo tiene propósitos educativos e informativos únicamente. No sustituye la consulta médica profesional, el diagnóstico clínico ni el tratamiento personalizado.
La fibromialgia requiere evaluación y seguimiento médico individualizado. Cada paciente presenta características únicas que deben ser consideradas por un profesional de salud calificado.
Si experimentas síntomas que te preocupan, consulta con un médico. La información aquí presentada se basa en evidencia científica actualizada, pero no debe interpretarse como recomendación médica específica para tu caso particular.
El manejo de la fibromialgia debe ser siempre supervisado por un profesional de la salud que conozca tu historia clínica completa y pueda ofrecerte orientación personalizada adaptada a tus necesidades específicas.
Sobre la autora:
Doc Adriana Angel – Médica, neurocoach y paciente con fibromialgia. Combino el rigor científico con la experiencia personal para ofrecer información confiable y empática a quienes conviven con esta condición.
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Última actualización: Octubre 2025
Revisión médica: Dra. Adriana Angel
Próxima revisión programada: Abril 2026
